martes, 30 de abril de 2013

«Apodos» o «Sobrenombres» son el tipo más frecuente de Bullying en colegios públicos y privados.


Alrededor del 50 por ciento de escolares de colegios públicos y privados del Perú fue víctima de bullying o violencia escolar, y la mayoría de ellos mencionó a los apodos como las agresiones más frecuentes, según un estudio de especialistas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).

La investigación, realizada en distintos momentos entre los años 2007 y 2010 en colegios de la costa, sierra y selva, fue realizada por el doctor Miguel Oliveros Donohue, docente principal de la citada universidad, en colaboración con otros especialistas.

Aunque hubo hasta siete diferentes tipos de agresiones que se encontraron asociadas al bullying, se mencionó que la colocación de apodos fue la más frecuente, hasta en un 91% de los casos, sobre todo en la selva, de acuerdo con la última fase de la investigación.

Las otras formas de agresión relatadas fueron los golpes, el acoso, escupir al compañero, discriminarlo, despojar de algún objeto y llamarlo homosexual, así como atacar vía email.

El estudio también reveló que el 34% de los agredidos no comunicó los hechos y que el 64% de los compañeros son observadores y no tienen interés en defender a las víctimas. Además, alrededor del 25% de los padres no reacciona ni protege a las víctimas.

Observando los resultados por regiones, se evidenció que el 40.5 por ciento de los estudiantes de la costa recibieron apodos, en la sierra el 53.6 por ciento y en la selva el 70.7 por ciento.

De igual manera, el estudio detalla que el 65.9 por ciento de estudiantes agredidos verbalmente fueron hombres y el 53.6 por ciento fueron mujeres.

Al respecto, María Ramos, titular de la Dirección de Tutoría y Orientación Escolar (Ditoe), manifestó que poner apodos es una forma de ejercer maltrato psicológico porque, constantemente, se hostiga e insulta a los demás por los defectos físicos o personales que presentan.

Otro problema que ocurre es que los agredidos se vuelven personas depresivas e inseguras, con baja autoestima, especialmente en la secundaria, porque atraviesan la etapa de la adolescencia, dijo.

Sobre el comportamiento de los agresores, Ramos explicó que actúan así porque desde pequeños observaron cómo sus padres se agredían e insultaban, modelo que ellos repiten con sus círculos cercanos.

Comentó que los agresores también pudieron haber sido influenciados por programas televisivos en donde se ven estas conductas. "O quizá desde pequeños no se inculcó la empatía ni el respeto hacia el prójimo".

"En la escuela se debe formar una cultura de respeto al otro, de aprender a valorar al compañero y, sobre todo, entender que nadie tiene el derecho de maltratar, agredir ni excluir a los demás", indicó la funcionaria.

Por último, exhortó a los padres a instruir a sus hijos a base de valores, a fin de que toleren y no excluyan a aquellos menores que son diferentes o presenten alguna discapacidad.