Ceder ante las rabietas abre las puertas para la manipulación. Sea fuerte.
La especialista considera que una de las causas tiene que ver con la culpa devenida en compensación. Es decir, muchos papás creen que, como no les dedican el tiempo suficiente, deben consentirlos en todo. "Sienten que así son responsables y que los hijos van a quererlos más. Otros, en cambio, complacen a sus hijos con tal de que los dejen tranquilos", agrega Silberman.
REGLAS CLARAS
Otro motivo radica en que el niño se siente olvidado y busca atención. Por ello, los padres deben brindar tiempo de calidad a sus hijos. Si son cinco minutos, pues, que sean los mejores cinco minutos del día o la semana, dedicados exclusivamente al niño y no al Blackberry o al partido de fútbol.
Asimismo, hay que establecer reglas que se enfoquen en que no se puede tener todo en la vida, que las cosas cuestan y hay que ganárselas. "Al reforzar estas actitudes se evita que los hijos sean egocéntricos, sobreprotegidos y engreídos", dice Silberman.
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